viernes, 19 de noviembre de 2010

“El arte salva. El arte sana. Cuando están inmersos en
la creación de su obra, no existe otra cosa, y por suerte también existe todo, lo que los conforma como personas. Su  historia extraña y dolorosa aparece en sus colores, en sus escenas, en sus voces  cuando cantan, en sus hombros cuando bailan, en su mirada cuando sonríen.
Pero el arte ha transformado esos dolores en algo que tiene vuelo propio, y que nada  ni nadie podrá sacarles nunca, son ellos mismos viajando por lugares cuidados donde  pueden ser libres de expresar lo que quieran, a través del lenguaje que más les gusta.

Y esto alimenta tanto el alma, que por un momento el juego lo es todo, y allí dentro se confrontan, se reconocen, se resuelven.
Y cuando haya que volver a la realidad, las cosas ya no serán tan tristes, hay algo que brilla adentro, está al alcance de la mano y sin riesgo de ser perdido, y ellos ya se dieron cuenta.”


lunes, 15 de noviembre de 2010

de eso no se habla.

... Este nuevo modelo de estado y sus derivaciones políticas de privatizaciones, individualismo y competencia fomenta la construcción de sociedades dualizadas. Reaparece el darwinismo social con su lógica de "sálvese el mejor": en el mercado hay ganadores y perdedores, fuertes y débiles, son las "capacidades personales naturales" las que aseguran el éxito en la "libre competencia". La "pobreza" es entendida como una marca estigmatizante y vergonzante, ya que según este neo-darwinismo los pobres no tienen la capacidad/aptitud de insertarse en el mercado. No se cuestiona al modelo como productor de la exclusión, sino que al naturalizar la desigualdad se culpabiliza a los sujetos, se produce un corrimiento del espacio donde se dirimían los conflictos, del Estado a la sociedad civil.
... La pretendida "polifonía de culturas", enmascara la afirmación de superioridad de un modelo de sociedad por sobre las otras, dando paso a la conformación de una relación de desigualdad en la apropiación, reproducción y elaboración de bienes económicos y simbólicos.

Liliana Sinisi - La relación nosotros-otros en espacios escolares "multiculturales". Estigma, estereotipo y racialización.

viernes, 1 de octubre de 2010

El malestar en la cultura

"A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido  por las circunstancias de si -y hasta qué punto- el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y de autodestrucción. En este sentido, la época actual quizá merezca nuestro particular interés. Nuestros contemporáneos han llegado a tal extremo en el dominio de las fuerzas elementales, que con su ayuda les sería fácil exterminarse mutuamente hasta el último hombre. Bien lo saben, y de ahí buena parte de su presente agitación, de su infelicidad y su angustia.
Sólo nos queda esperar que la otra de ambas "potencias celestes", el eterno Eros, despliegue sus fuerzas para vencer en la lucha con su no menos inmortal adversario.
Mas ¿quién podría augurar el desenlace final?"

S. Freud - 1930

jueves, 30 de septiembre de 2010

Escribe Marx:
"La crítica no es una pasión de la cabeza sino la cabeza de una pasión.
No se presenta ya como un fin en sí, sino únicamente como un medio. Su pathos esencial es la indignación, su labor esencial es la denuncia."

sábado, 28 de agosto de 2010

No es natural

Algunas formas de vida distintas de las vigentes tienen gracia, indudablemente. Para peor y para mejor, las cosas podrían ser de otra manera.
A menudo, cuando se muere un pariente, te atropella un coche, le toca la lotería a un obrero en paro, se casa una hija o te hacen una mala jugada, la gente dice: "¡es la vida!" o bien "¡es ley de vida!".
Lo que hacemos no es, sin embargo, la vida. Muy pocas cosas están programadas por la biología. Nos es preciso evidentemente, comer, beber y dormir; tenemos capacidad de sentir y dar placer, necesitamos afecto y valoración por parte de los otros, podemos trabajar, pensar y acumular conocimientos. Pero cómo se concrete todo eso depende de las circunstancias sociales en las que somos educados, maleducados, hechos y deshechos. Qué y cuántas veces y a qué horas comeremos y beberemos, cómo buscaremos o rechazaremos el afecto de los otros, qué escala y de qué valores utilizaremos para calibrar amigos y enemigos, qué placeres nos permitiremos y a cuáles renunciaremos, a qué dedicaremos nuestros esfuerzos físicos y mentales, son cosas que dependen de cómo la sociedad - una sociedad que no es nunca la única posible, aunque no sean posibles todas - nos las defina, limite, estimule o proponga. La sociedad nos marca no sólo un grado concreto de satisfacción de las necesidades sino una forma de sentir esas necesidades y de canalizar nuestros deseos.
El amor, el odio, la envidia, la timidez, la soberbia... son sentimientos humanos. Pero, ¿en qué cantidad y a propósito de qué lo gastaremos?
"Nacer, crecer, reproducirse y morir". De acuerdo, eso hacemos. Pero ¿acaso no importa cómo y cuándo naces, qué ganas y qué pierdes al crecer, por qué reproduces y de qué y con qué humor te mueres?
¡Ah! Un poco de distancia respecto de su entorno no le vendría nada mal al lector.

Josep Vincent Marqués.


Desnaturalizar.
Cambiar el punto de partida.

Sólo una conciencia crítica puede ser libre.

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